Ya estoy de nuevo en la pendiente,
Resbaladiza, helada, pedregosa.
De nuevo acecha el vacío
Con sus fauces abiertas.
Me dejé las manos a girones
Trepando por la roca
Hasta entrever la plácida llanura
Llagué mis pies y destroce mis dientes
Mordiendo matorrales y matojos
Pero nadie esperaba en la frontera
Y mi abrazo se perdió en la nada.
Ahora ruedo de nuevo hacia la sima
El cuerpo magullado y lacerada el alma
Soy un fardo de huesos y esperanzas
Que se despeñan hacia el infinito
Sin fuerzas, sin destino y sin mañana.
JUANMAROMO
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