moldearé tus formas con mis dedos
recorreré tus caminos más oscuros
y encenderé tus antorchas con mis besos.
Te palparé como un ciego deslumbrado
por la belleza de tu divino cuerpo
y mis yemas serán como mis ojos
descubriendo tus tibios yacimientos.
Te abrazaré como en un lazo de estrellas
sobre la piel de tu oscuro firmamento
y brillaran los luceros de mis besos
en las profundas galaxias de tu cielo.
Una y mil veces me niego entre tus muslos
Una y mil veces como la vez primera
y cada vez que tu olor siega mis riendas
se desboca mi potro en tus caderas.
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